Entrenamiento de la Fuerza (2.1) - Aumento de la Fuerza
Entrenamiento de la Fuerza (2.1) - Aumento de la Fuerza
Si cualquier persona móvil lleva a cabo un entrenamiento muscular puede aumentar considerablemente su fuerza corporal: una persona de
40 años, una de 97 o incluso un niño pequeño. Desde el
momento en que dejamos el vientre materno, empieza la confrontación
con importantes resistencias. Primero debemos adquirir la fuerza
suficiente para levantar nuestra propia cabeza, después la que nos
permita levantar todo el cuerpo con el fin de aprender a caminar.
Pero, además, debemos ganar velocidad: es posible mover objetos y
lanzarlos, podemos saltar, trepar, subirnos a una silla, correr.
Además, al peso de nuestro propio cuerpo se suma ahora el peso de
los de nuestra edad, que nos empujan y con los que nos peleamos.
Dominan los procesos de adquisición de fuerza y de coordinación. El
niño crece cada vez más y con ello aumenta no sólo su masa
esquelética absoluta, sino también la relativa, que pasa a ser de
un 20% en el momento del nacimiento a un 40% del peso corporal
adulto.
Hasta aquí todo muy bien, pero en
la vida adulta, las resistencias desaparecen progresivamente; es
nuestra contribución a la cómoda vida moderna. El precio que por
ello pagamos es el déficit de estimulación corporal, con todas las
consecuencias de pérdida de condición física que esto conlleva.
Los valores de fuerza medios en nuestra sociedad (exceptuando los de
quienes practican deporte o los de deportistas de competición) no
habían sido nunca tan bajos en todo el desarrollo de la humanidad
como lo son en la actualidad. Éste es un hecho que todos podemos
cambiar; ello depende sólo de nosotros.
Supongamos que se trata de un
principiante –no importa su edad ni su sexo– que jamás haya
efectuado entrenamiento muscular. En el espacio de 12 a 16 semanas de
entrenamiento muscular regular a razón de 3 veces por semana, puede
conseguir un incremento real de la fuerza del 20% al 50% en función
de su constitución corporal y del estado de las articulaciones
(Cureton Jr, Thomas K). Cuanto más entrenado esté el principiante,
o si es una persona que requiere fuerza corporal en su trabajo, menor
será el incremento del porcentaje de fuerza. Pero la fuerza puede
seguir aumentando durante un largo período de tiempo de forma
continua.
En este sentido, se realizaron
investigaciones con personas que ya estaban entrenando, con las que,
tras un entrenamiento muscular intensivo de 12 semanas todavía se
obtuvo un aumento de la fuerza del 25% como media (McCall, G.E.
2004).
Cualquier
principiante que se someta a un entrenamiento muscular intensivo
durante un período de 1 a 2 años puede doblar su fuerza corporal en
todas las articulaciones, sin necesidad de convertirse en un
deportista de competición (Gottlob 1990).
Se puede entrenar la fuerza de todos
los músculos, y por tanto de todas las articulaciones y de todas las
partes del cuerpo. Podemos aumentar la fuerza del tobillo de la misma
forma que la de la columna cervical, o la fuerza de las piernas como
la de los músculos abdominales.
Podemos ganar fuerza en la realización
de un movimiento aislado de la misma forma que lo podemos hacer en
una secuencia de movimiento que requiera mucha coordinación. La
fuerza se puede especializar en movimientos de resistencia o en
movimientos explosivos rápidos. Se puede entrenar para efectuar una
o diez dominadas, o sesenta. Puede usted aumentar la fuerza de forma
que logre subir una pared llevando a su hijo a cuestas. Se puede
especializar en subir con una mano o, como lo ha hecho uno de los
grandes escaladores mundiales, Wolfgang Güllig, especializarse en
dominadas con un dedo ¡Él las hacía con el dedo meñique de la
mano derecha!
También se puede concentrar en otros
ejercicios de fortalecimiento de la mano, como lo hizo Leon See,
quien demostró la gran fuerza que tenían sus manos partiendo por la
mitad un montón de 80 cartas de una baraja. ¡No está mal para una
persona de 72 años!
La fuerza de las piernas es necesaria
para muchas cosas. La práctica de sentadillas desempeña aquí un
papel muy importante. Se puede entrenar utilizando el peso del
propio cuerpo o incluso superando el doble del peso corporal, o hacer
como Paul Anderson, que a los años 50 efectuaba el entrenamiento
muscular con unos medios algo primitivos. Sus halteras de sentadilla
consistían en dos barriles unidos por una barra, con los que
modificaba el peso llenándolos más o menos. A pesar de sus métodos,
ganó la medalla de oro en levantamiento de peso en 1956 y conserva
el espectacular récord de 540 kg de levantamiento de peso en
sentadilla; éste ha sido hasta la actualidad el mayor peso levantado
en esta disciplina (dado que su actuación no estuvo sometida al
reglamento del powerlifting, no se registró su récord de forma
oficial).
Comentarios
Publicar un comentario