Entrenamiento de la Fuerza (2.14) - Capilarización

Entrenamiento de la Fuerza (2.14) - Capilarización


Los capilares se encuentran al final de toda la ramificación del sistema de transporte sanguíneo arterial proveniente del corazón (aorta > arterias > arteriolas > capilares). Es aquí, en estos vasos capilares de aprox. unas 10 μm de diámetro, donde tiene lugar finalmente el intercambio de líquidos, de nutrientes y de gases entre la sangre y los tejidos. Las fuerzas motrices de este intercambio son el gradiente de concentración y el gradiente de presión, que por difusión y por filtración deciden a qué velocidad y en qué dirección tiene lugar el intercambio.




En estado de reposo, muchos de los capilares musculares están cerrados por los músculos esfinterianos dispuestos a la entrada de los capilares con la finalidad de transportar una cantidad limitada de sangre del cuerpo a las regiones más importantes, por ejemplo, el aparato digestivo. Éste mecanismo también nos permite, en un momento de gran carga para el organismo, aumentar 30 o 40 veces la circulación sanguínea local junto con el volumen de bombeo por minuto del corazón mediante la apertura de todos los capilares musculares implicados.

Los grandes músculos necesitan naturalmente un mayor intercambio metabólico, principalmente cuando se ejercitan. Tradicionalmente se había dicho que en este caso se provocaría una disminución del aporte sanguíneo, ya que la misma cantidad de capilares debería nutrir un número mayor de células musculares. En un entrenamiento puramente isométrico parece ser realmente así; se produce una reducción del número de capilares por superficie transversal del músculo. Sin embargo, en un entrenamiento dinámico, numerosas investigaciones demuestran que la cifra absoluta de capilares aumenta en proporción al aumento de la superficie transversal del músculo. Por tanto, un músculo hipertrofiado tiene más capilares (Schantz 1982, McCall 1996, Green 1999).

De nuestra experiencia con nuestros amig@s hemos constatado que, personas que tenían facilidad para desarrollar "moratones" ante cualquier pequeño golpe, tras un período de entrenamiento de la fuerza de alrededor de 6 meses pasaban a desarrollarlos muchas menos veces incluso a no desarrollar casi por completo -hablamos de golpes de pequeña intensidad-. E incluso, amig@s que tenía algún desarrollo de capilaridad muy visible en piernas llegaban a casi desaparecer, presentando una visibilidad mínima. Así mismo, la reducción de las varices también es notable superado este período de 6 meses.

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