Entrenamiento de la Fuerza (2.6) - Fortalecimiento de tendones, ligamentos y fascias, y de las estructuras articulares

Entrenamiento de la Fuerza (2.6) - Fortalecimiento de tendones, ligamentos y fascias, y de las estructuras articulares.


Con el aumento de la masa muscular conseguimos no solamente un incremento de la solidez ósea como ya hemos podido ver en el post anterior, sino también el fortalecimiento de todas las estructuras implicadas en el proceso de transmisión de fuerzas, es decir, tendones, ligamentos, fascias, cartílago articular y cápsulas articulares.

Cuanto más fuerte es un músculo más fuerza ejerce sobre el hueso. El cuerpo reacciona en correspondencia con un fortalecimiento de las fascias y de los tendones responsables de las transmisión de la fuerza. Si el estimulo del entrenamiento de la fuerza es suficiente y, se las cargas son aplicadas durante anos, se puede llegar a doblar la sección transversal de los tendones. Se produce un mayor almacenamiento de colágeno (Woo) y aumenta el metabolismo del tendón (Staff), lo que tiene como consecuencia un claro aumento de la resistencia a la tracción del tendón (Tipton). Como ocurre con el desarrollo de la masa osea, los parámetros de entrenamiento dominantes son no solo el volumen de entrenamiento, sino también la intensidad y la cuantía de las cargas (Stone). Cuando los tendones o ligamentos han sufrido una lesión, la regeneración y recuperación de la resistencia a la tracción se producen mas rápidamente si después de la lesión no se tarda en establecer estímulos de carga adaptados fisiológicamente (Staff, Tipton). Los puntos de unión entre tendón y músculo y tendón y hueso son los mas propensos a lesionarse.

Las fascias y los ligamentos reaccionan también según este principio; lógicamente, los ligamentos reciben suficiente estimulo si se les solicita en tracción. En la mayoría de articulaciones, la cápsula articular realiza una función de transmisión de fuerzas únicamente cuando los componentes articulares han alcanzado la posición final. Si la posición final se alcanza con gran dinámica, como es el caso en la capsula articular del hombro al efectuar un lanzamiento, esta puede verse perjudicada. Con la ayuda de un entrenamiento diferenciado de gran amplitud, la cápsula articular y los ligamentos que estabilizan la articulación podían experimentar un estimulo de resistencia para conseguir mas estabilidad capsular y ligamentos mas resistentes a la tracción.


El grosor del recubrimiento de cartílago articular esta en directa correlación con la magnitud de la carga. En articulaciones pequeñas como las de los dedos, esta capa es de 1 mm aprox., mientras que en la articulación femurorrotuliana es de 7-8 mm (Tillmann). Si la misma articulación se ve sometida a cargas extraordinarias de presión y de cambio, se produce un aumento del grosor del recubrimiento del cartílago (Holmdahl, Ingelmark, Kiviranta). En este sentido, el entrenamiento muscular diferenciado nos ofrece la posibilidad de aplicar estímulos de carga dosificados para el cartílago articular hialino. El cartílago articular engrosado ofrece mayor resistencia a la presión y sobre todo mas capacidad de absorción de los impactos. Si las tan necesarias cargas de presión y cambio no se producen, las superficies articulares son cada vez mas blandas, el recubrimiento cartilaginoso mas fino y se pierde la capacidad de absorción de impactos (Bullough). El cartílago disminuye progresivamente o es destruido por la artrosis. A través del entrenamiento muscular diferenciado podemos conseguir en muchos casos de artrosis no solo aumentar notablemente la nutrición del cartílago, sino también mejorar considerablemente el cuadro sintomático. Por un lado, si la fuerza es suficiente, los estabilizadores musculares descargan la articulación y, por otro, el cartílago experimenta un perfil ideal de presión y cambio, posiblemente fuente de una reconstrucción del cartílago. La capa de cartílago únicamente puede recibir estímulos de engrosamiento en los puntos de presión y de cambio; el entrenamiento isométrico o el entrenamiento limitado en amplitud tendrán pues una efectividad limitada, contrariamente al entrenamiento de fuerza de gran amplitud, que ofrece a la superficie cartilaginosa los estímulos de crecimiento necesarios.

Las estructuras fibrocartilaginosas como por ejemplo los meniscos y los discos intervertebrales, formados en parte por fibrocartílago y en parte por tejido conjuntivo, también reaccionan al aumento de tracción mecánica en el musculo con una mejora de sus características mecánicas. Aplicando al menisco estímulos de carga inducidos durante el entrenamiento, se produce un incremento de la concentración de proteoglucanos y de colágeno, de lo que resulta un aumento de la resistencia a la presión y a los impactos así como de la elasticidad a la compresión (Mow). Los discos intervertebrales serán así mas resistentes a la presión y a la tracción debido al fortalecimiento de las fibras de colágeno del anillo fibroso.
El aumento de resistencia a la tracción de las fibras de colágeno toma una relevancia especial cuando se producen cargas asimétricas en la columna vertebral, como rotaciones o inclinaciones laterales.
Estos procesos de crecimiento tienen lugar de forma relativamente lenta: los músculos reaccionan en semanas o meses, pero para las estructuras pasivas debemos contar con meses o años.

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