Entrenamiento de la Fuerza (2.18) - Mejora del desarrollo y del rendimiento en el niño y en el adolescente
Entrenamiento de la Fuerza (2.18) - Mejora del desarrollo y del rendimiento en el niño y en el adolescente
Y vamos a argumentar esta afirmación.
Tradicionalmente se ha rechazado el
entrenamiento de fuerza en los niños por miedo a provocar una
sobrecarga. Se pensaba que este tipo de entrenamiento podría provocar lesiones o un cierre
prematuro de las junta de crecimiento en los huesos (cartílago
epifisario). En lo que se refiere al entrenamiento de la fuerza
durante la pubertad se pensaba que tampoco tendría mucho sentido
debido al bajo nivel de testosterona existente.
Sin embargo, se ha constatado en estudios realizados en los últimos 20 años que el
entrenamiento de fuerza tiene una serie de efectos extraordinariamente beneficiosos tanto en niños como en adolescentes.
Y la pregunta que inmediatamente se nos plantea es: ¿a partir de que edad deberíamos empezar el entrenamiento de fuerza en los niños?
La respuesta es simple: a cualquier edad, y cuanto antes mejor. Si bien es cierto que lo que realmente debemos plantearnos es cómo podemos organizar el entrenamiento de la fuerza en función de cada edad.
Y la pregunta que inmediatamente se nos plantea es: ¿a partir de que edad deberíamos empezar el entrenamiento de fuerza en los niños?
La respuesta es simple: a cualquier edad, y cuanto antes mejor. Si bien es cierto que lo que realmente debemos plantearnos es cómo podemos organizar el entrenamiento de la fuerza en función de cada edad.
Y vamos a argumentar esta afirmación.
Debemos hacernos a la idea de que desde
el momento en que el bebé abandona las entrañas de la madre
¡empieza para él el entrenamiento de fuerza!
¿Cómo? nos preguntaremos.
A partir de este momento el bebé debe combatir con la gran fuerza de la gravedad.
¿Cómo? nos preguntaremos.
A partir de este momento el bebé debe combatir con la gran fuerza de la gravedad.
Por ejemplo, podemos pensar en la
fase en la que el bebé intenta levantar y sostener la cabeza estando
boca abajo en la cuna. Todos podemos reconocer que el peso de la cabeza del bebé
es enorme en relación con el resto del peso del bebé y, además, si tenemos en cuenta que estando boca abajo el brazo de palanca es todavía mayor, lo que
produce finalmente es un momento de rotación que se corresponde con una
resistencia tan grande como la del entrenamiento de fuerza para los
músculos extensores de la columna cervical (CC). El entrenamiento de
fuerza no es un sinónimo de utilización de pesas, sino que significa
únicamente verse confrontado con resistencias lo suficientemente
elevadas y aprender a superarlas.
Luego, cuando el niño aprende a caminar debe superar de nuevo altas resistencias que se presentan aquí en forma de superación del peso corporal.
Luego, cuando el niño aprende a caminar debe superar de nuevo altas resistencias que se presentan aquí en forma de superación del peso corporal.
Todos hemos observado alguna vez la fuerza que
debe hacer un niño pequeño cuando empieza a subir escaleras. En primer lugar debe hacer flexiones de rodilla unilaterales debido a
la desproporción entre la pierna del niño y la altura
del escalón.
Más tarde los niños aprenden a subirse a las alturas, escalan en los parques infantiles, les gusta saltar desde escalones, bancos o paredes y luchan y se pelean unos con otros. El peso del cuerpo se desplaza en todas direcciones, también apoyándose y siendo sometido a tracción, y aparece la dinámica. La vida de un niño pequeño de hasta 6 años está marcada por el entrenamiento de la coordinación de la misma manera que lo está ampliamente por el entrenamiento de fuerza en muchos aspectos.
Más tarde los niños aprenden a subirse a las alturas, escalan en los parques infantiles, les gusta saltar desde escalones, bancos o paredes y luchan y se pelean unos con otros. El peso del cuerpo se desplaza en todas direcciones, también apoyándose y siendo sometido a tracción, y aparece la dinámica. La vida de un niño pequeño de hasta 6 años está marcada por el entrenamiento de la coordinación de la misma manera que lo está ampliamente por el entrenamiento de fuerza en muchos aspectos.
Ya entrada la edad escolar (o incluso
antes si se han sumergido en la cultura de los videojuegos, móviles o tablets)
estos estímulos de movimiento y de resistencia se verán fuertemente
reducidos. Y así vemos que más del 50% de los niños y jóvenes entre los 8 y los 18 años presentan problemas posturales y, en correspondencia, la fuerza corporal en muchos está
débilmente desarrollada. Algunos estudios nos hablan de que un tercio de los chicos y dos tercios de las chicas
adolescentes no son capaces de realizar ni tan siquiera una dominada. Aparece, como media, un aumento porcentual de la grasa
corporal y la capacidad de estabilización y de carga se desarrollan
de forma insatisfactoria, especialmente en la fase de crecimiento
longitudinal.
El entrenamiento de fuerza produce,
siempre que se realice correctamente y bajo supervisión de personal
cualificado, el aumento de la fuerza en cualquier período del
crecimiento del niño y del adolescente, tanto durante como después de
la pubertad. Se tiene la ventaja añadida de que a estas edades los desarrollos musculares son mucho más rápidos por tratarse de un periodo en el que el cuerpo humano está en continuo crecimiento.
En jóvenes prepuberales también se ha demostrado un cierto crecimiento muscular. Especialmente los puntos de
inserción tendinosa en el hueso, las superficies cartilaginosas, el
aparato capsuloligamentario y la formación ósea se hacen más
resistentes a la tracción y a la compresión, o sea, más
resistentes a la carga. Las lesiones del cartílago epifisario -a las que tradicionalmente se le hacía responsable para no trabajar el entrenamiento de la fuerza en niños- sólo
se pueden producir por la aplicación de cargas muy altas como las
que representan accidentes, grandes caídas, saltos, lanzamientos muy
fuertes y golpes.. El entrenamiento muscular diferenciado ofrece, en
contraposición a las formas de entrenamiento dinámicas, estímulos
de resistencia dosificados y controlables al mismo tiempo que ofrece
cargas correctas para las estructuras pasivas. Debemos ser
conscientes de que, por ejemplo, ¡la carga a la que se ve sometido
el sistema esquelético al saltar de una pequeña pared es más
elevada que todo lo que se le exige a un organismo joven en un
entrenamiento muscular diferenciado! De hecho, los jóvenes atletas se lesionan frecuentemente en la práctica deportiva porque su cuerpo todavía no
está preparado para poder absorber las cargas físicas específicas
de su deporte (atletismo, fútbol, baloncesto, artes marciales, ...)..
La
fuerza corporal es un componente esencial de la condición física de
niños y niñas, y no algo que se deba dejar para más tarde.
Es la
clave para un desarrollo corporal seguro, fisiológico y con
capacidad de rendimiento. Por supuesto se debería empezar con un entrenamiento muscular diferenciado cuanto antes siempre que se
ambicione practicar algún deporte de competición, con tal de crear
una base estable, equilibradora y potente.
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