Carmen. Artrosis y Menisco de origen traumático.
Carmen.
Artrosis y Menisco de origen traumático.
2019/09/22
¡¡¡
ENHORABUENA, CARMEN !!!
Voy a contaros un caso totalmente actual.
Carmen
es una mujer de algo más de 50 años. Como muchas mujeres, se
encuentra en un periodo un tanto difícil cuando se alcanza esta
edad: la menopausia.
Carmen
ha sido hasta ahora una mujer activa. No ha dejado de trabajar desde
bien joven; en varios de esos trabajos se le requería un esfuerzo
bastante alto, trabajando en muchos momentos con cargas elevadas. En
la base hay una mujer de complexión fuerte, pero imagino que los
distintos trabajos realizados a lo largo de su vida laboral todavía
le han hecho serlo más.
Historia
reciente.
Desde
hace ya unos 10 años (más o menos) tiene un trabajo de tipo
comercial, en tienda y en horario continuo, que le obliga a estar de
pie durante más de 8 horas continuas. Desde hace ya algunos años,
sentía algo de molestia en las rodillas, pero nada que le impidiera
realizar su trabajo con cierta normalidad; en ocasiones, y a pesar de
ver que tenemos ciertas molestias, no le damos importancia necesaria
pensando que se trata únicamente de un problema de la edad y/o del
trabajo.
Pero
ahí está que un día (de hace unos 3 años) sufrió una caída con
tan “mala pata” que se dio con la esquina de un bordillo contra
su rodilla derecha. El golpe le provocó una herida profunda en las
proximidades de la patela (rótula) y el tendón rotuliano (se puede
observar la cicatriz que le quedó). La herida fue de tal calibre que
le tuvieron que dar unos cuantos puntos de sutura internos para
resolver el desgarro que le había dejado a la vista, en parte, los
huesos de la rodilla.
Por
su fuerza y su genio, a los pocos días ya estaba de vuelta en el
trabajo a pesar de que debiera de haber guardado reposo unos días
más.
Último
año.
Desde
el día de la caída, los dolores y molestias en su rodilla derecha
fueron “in crescendo”. Poco a poco vio como la rodilla se le
inflamaba más y más, sobre todo durante las horas de trabajo.
Llegaba a unos niveles de dolor y de hinchazón que le limitaban
enormemente trabajar tantas horas de pie. Y sin embargo, decidió
aguantar.
Carmen
es una mujer activa y vital. Le gustaba pasear. Habitualmente daba
largos paseos y excursiones por las montañas de la provincia... pero
eso se había terminado porque después de trabajar sólo le quedaban
ganas de reposar con el fin de poder afrontar al día siguiente un
día más de trabajo.
Finalmente,
hace ahora alrededor de un año, decidió “preocuparse” por su
rodilla y acudir al especialista. Le diagnosticaron rotura de menisco
y artrosis. Con la información de que dispongo y el historial que me
ha contado puedo pensar que lo de la artrosis ha sido “sin más”
un proceso degenerativo, podemos decir que bastante normal por lo
habitual que puede ser. De hecho, se aprecia también artrosis en su
rodilla izquierda. Pero, con muy pocas dudas, la lesión de menisco
debe venir derivada de la caída sufrida hace unos años.
El
especialista le prescribió una serie de analgésicos y
antiinflamatorios en un principio. Mediante una RM (resonancia
magnética) le confirmaron el diagnóstico. Pero “cuál fue su
sorpresa cuando” cuando el especialista le dijo que no se podía
hacer nada más que sufrir su situación y llevarlo de la mejor forma
posible tomando la medicación que le había recetado.
Con
los meses la situación se le fue agravando. El dolor y la
inflamación cada vez era mayor. El especialista le prescribió
opiáceos para soportar el dolor y otra medicación para tratar de
remitirle la infección que se le producía por la constante
inflamación en la articulación.
El
especialista descartó el realizar ningún tipo de intervención
quirúrgica dado el nivel de daños encontrados tanto de menisco como
de cartílago.
imagen parcial de la RM realizada a Carmen
Carmen
decidió tener otras opiniones y visitó a otros 2 especialistas, uno
de ellos a través de un seguro medico privado. Y, en los 3 casos, la
recomendación era la misma: debía sobre llevar lo mejor posible la
lesión puesto que no era recomendable ninguna intervención
quirúrgica.
A
mediados de junio, y por recomendación de una amiga y clienta de
Maisport, se puso en contacto con nosotros. En esos días se
encontraba de baja porque en los últimos tiempos estaba trabajando y
terminando su jornada laboral con una rodilla del tamaño de una
botella de butano (quizá estoy siendo un “pelín” exagerado).
Diseñamos un plan de trabajo inicial y nos pusimos manos a la obra.
imagen
de la rodilla de Carmen unas semanas antes de comenzar con nosotros
El
planteamiento era bastante claro. Por un lado, y aunque Carmen no
fuera una mujer gruesa, le sobraban unos pocos kilos. Sin duda alguna
el adelgazar le traería beneficios. Por otro, teníamos que
potenciar su musculatura en el tren inferior para tratar de reducir
el estrés al que se sometía su rodilla con tantas horas de trabajo.
Y, más adelante, trataríamos de realizar una re-educación de los
movimientos al caminar, al salvar obstáculos, y al subir y bajar
escalones, que le permitieran también minimizar el estrés al que
estaba sometidas su rodilla día a día.
He
de reconocer que Carmen ha sido muy valiente y se lo ha tomado muy en
serio. Durante las primeras semanas ha estado entrenando con nosotros
al tiempo que acudía a su trabajo: venía 2 veces por semana a
entrenar y llegaba con una rodilla muy inflamada después de las 8
horas de estar de pie. Nos veíamos obligados a entrenar incluso con
unas almohadillas de hielo para rebajarle el hinchazón y las
molestias.
Aproximadamente
6 semanas después de comenzar a entrenar se pudo prescindir del
hielo. Además, siguiendo la dieta que le propusimos había bajado ya
3 kilos y el dolor había bajado en intensidad (hay que pensar que
seguía tomando la medicación que tenía prescrita de analgésicos y
opiáceos entre otros.
A
las 10 semanas aproximadamente ya eran 4 los kilos perdidos, y
coincidiendo con que comenzaba sus vacaciones dejó de tomarse la
medicación prescrita. En estos momentos nos encontramos en la semana
12 y son casi 5 kilos perdidos, no está tomando medicación, y
apenas está sufriendo molestias y dolores. He de decir que gracias a
su voluntad, a la mayor disponibilidad de tiempo y a que estaba
viendo avances significativos, hemos intensificado los días de
entrenamiento a 4 por semana.
Además,
en estas 12 semanas, podemos decir que ha incrementado la fuerza en
cuádriceps e isquiotibiales entorno a un 150%, además de la fuerza
ganada en el resto de la musculatura del tren inferior (incluido
glúteos). También hemos estado aprovechando para trabajar y moldear
el resto de la figura, ganando fuerza en brazos, hombros, abdomen,...
Apenas
nos quedan 2 semanas para que se reincorpore a su trabajo de nuevo.
Ese instante puede ser un buen momento para contrastar la mejoría
obtenida.
En
estos momentos es capaz de caminar sin cojera apreciable, salvar
obstáculos (como escalones) y subir y bajar escaleras con una cierta
agilidad (cosa que antes le era realmente difícil y doloroso).
Desde
aquí quiero darle las gracias a Carmen tanto por la confianza que ha
demostrado en nosotros como en los hitos conseguidos. Confiamos en
que la reincorporación al trabajo luego de las vacaciones sea
satisfactoria.
Os
mantendremos informados a medida que vayamos observando avances.
¡¡¡TODO UN ÉXITO, CARMEN!!!
(Actualizado a 07/11/2019)
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